domingo, 18 de abril de 2010

Triángulo


Estable en la barca que mece tu respiración
en mi oído.
Me invento, quitándote el sueño con cada suspiro
que le lanzo al viento.
Uniéndome a él para colarme bajo tu lengua
y hacerte temblar poco a poco,
mientras cierras los ojos y te vas dejando llevar
por estas manos que tanto han sufrido ya.

Me hago invisible entre tus sábanas.
Sin despertarte te susurro algo inoportuno.
Olvídalo.
Son sólo las ganas que tengo de hacerte gritar.

Efímero, como el pensamiento de cogerte de la mano
cuando ya te tengo encima.
Retrocedo despacio y te miro en la distancia.
Mejor me acerco de nuevo.
El tenerte lejos me oprime el pecho y me acorrala los sentimientos
entre el miedo y la cobardía.

Muerdo lentamente el trozo pequeño y gastado que te sobra.
Y que a mí me hace tanta falta.
Como de tu boca y bebo de tus ojos,
el inmenso placer de que roces mi mejilla con la tuya.
Sin hacer nada de ruido,
que las manos se ponen celosas si nos escuchan reír…

No hay comentarios:

Publicar un comentario